Falsa sensación de seguridad
Los
desarrolladores de malware han mejorado sustancialmente las técnicas
de ocultación de estos para pasar
desapercibidos durante meses o incluso años, de esta manera
consiguen información confidencial muy valiosa como el espionaje
industrial o documentación gubernamental. La
efectividad de este tipo de malware se basa en tan solo unos pocos
Kbytes que explotan vulnerabilidades aún no conocidas por los
fabricantes, lo que les permite buscar, analizar y transferir
documentos confidenciales por canales cifrados, realizar escuchas
ilegales o modificar parámetros de sistemas industriales, todo ello
con mucho sigilo y sin disparar ninguna alarma.
Una
vez que este tipo de malware es detectado, los desarrolladores de
antivirus crean la firma y la incorporan en sus bases de datos de
firmas de antivirus. La próxima vez que nuestro software antivirus
sea actualizado, incorporará en su base de datos de virus la nueva
firma del nuevo malware, y
a partir de ahora nuestro antivirus podrá detectar ese malware en
concreto. ¿pero
qué ha pasado hasta entonces? ¿y ahora qué? La respuesta es fácil,
aunque los sistemas antivirus son capaces de detectar y bloquear la
mayoría del malware, aún estamos expuestos al riesgo de ser
infectados, ya que nuestro sistema de protección se basa en firmas
de virus conocidos. Aquí
es donde entra en juego la falsa sensación de seguridad, ya que hay
usuarios que piensan que con instalar un antivirus en el equipo están
protegidos, y si además te dicen que utilizan Apple porque
no hay virus es donde se demuestra realmente la concienciación en
seguridad que posee la organización.
Depender
solamente de un sistema basado en firmas como medida de protección
en una organización es una técnica que ya no tiene mucha
efectividad si la comparamos con soluciones SIEM
que realizan correlación de eventos,
y que además analizan cada flujo de conexión para conocer la
reputación del servidor de destino,
indicándonos
si la IP o URL solicitada aloja algún tipo de malware o es utilizada
para realizar ataques, para
ello será necesario que el SIEM tenga acceso a servidores CIF o
Collective Intelligence Framework.
Desde
Ariadnex
damos un plus a nuestros clientes desplegando sondas SIEM que
monitorizan el comportamiento de la infraestructura disparando
alarmas cada vez que se detecta algún comportamiento anómalo o que
está fuera de la política de seguridad.
Pero
una vez más podemos caer bajo la falsa sensación de seguridad
aunque tengamos este tipo de sistemas implantado en nuestra
organización, ya que podemos llegar a un punto en el que recibimos
tantas alarmas que si no las tratamos y filtramos correctamente
comenzaremos a ignorarlas, y al igual que pasó en el accidente de vuelo Air France 447
donde los sensores tubo de
Pitot
dispararon alarmas que los pilotos ignoraron
pensando
que eran falsos positivos y a las que nadie le hizo caso, puede
desencadenar una tragedia
o,
llevándolo a nuestro campo, el acceso o robo de
información confidencial sin percatarnos lo más mínimo.
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