Fraude en la Banca Electrónica
La banca electrónica es un caramelo para los delincuentes, ya que
existen métodos “sencillos” de engañar a los usuarios para
hacerse con su dinero, donde la mayoría de las veces son
delincuentes sentados en el sofá de sus casas que difícilmente
serán atrapados o descubiertos por los cuerpos de seguridad del
estado.
¿Alguna vez habéis pensado qué pasa cuando a un banco le roban
dinero? Si le han robado ¿de dónde obtiene el dinero para
devolvérselo a sus clientes? Muy sencillo, todos los bancos tienen
un seguro que se hace cargo de las pérdidas monetarias ocasionadas
por los robos, independientemente sean robos físicos o digitales.
Aquí es donde viene la dificultad, elegir qué seguro contratar, ya
que dependiendo de la cantidad de dinero que estimamos que va a
perder el banco se contratará un seguro u otro. Y aquí es donde
entra en funcionamiento el rol del CISO de la entidad bancaria, para
realizar los análisis de riesgos, e intentar reducir los fraudes
para finalmente poder contratar un seguro más asequible. En
definitiva, el CISO debe intentar reducir las pérdidas introduciendo
tecnología y asegurando las operaciones, sin embargo la inversión
necesaria para ello no debe superar las pérdidas estimadas
inicialmente, sino no hay tecnología que valga y todo se queda como
está.
Por otro lado, si el objetivo de negocio del banco es mantener sus
clientes, obtener nuevos clientes y conservar el dinero dentro del
banco, no debemos dificultarle a los usuarios el acceso a la banca
electrónica, estableciendo controles de seguridad complejos, porque
de ser así los clientes se cambian de banco. Esta es otra de las
tareas arduas del CISO de la entidad bancaria, ya que tiene que
decidir qué mecanismos de control y autenticación aplicar a la
banca electrónica para mantener la usabilidad de las aplicaciones,
es decir, podríamos implantar OTPs y PKIs para el acceso a la banca
electrónica, pero todos sabemos que si esto fuese así la mayoría
de las personas no utilizarían este servicio.
Por último, la correlación de eventos, no de logs, realizadas por
los sistemas SIEM en las entidades bancarias es de suma
importancia, ya que deben controlar el comportamiento “normal” de
cada usuario para comprobar si las operaciones realizadas en la
cuenta bancaria de sus clientes se corresponde con la operativa
habitual de estos. Es decir, si un usuario normalmente realiza una
transferencia de 500 € a principios de mes y un día autoriza
abonar 24000 € a una cuenta de Western Union deberían saltar las
alarmas en la entidad bancaria, ya que posiblemente se trata de algún
tipo de fraude.
Resumiendo, la banca electrónica es un servicio que ha llegado a las
entidades bancarias para quedarse, cerrar este servicio supone un
paso hacia atrás para el banco, por lo que todo el personal IT debe
trabajar en sintonía para evitar el fraude y mantener la imagen,
reputación y confianza de la entidad. Aunque aún estamos en fases
tempranas, pienso que la banca online evolucionará
significativamente en cuanto el Banco Central Europeo, supervisor de
las entidades intervenidas por el FROB, y el Banco de España como
regulador, obligue por ley a las entidades financieras a publicar
todos los incidentes de seguridad.
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